lunes, 21 de enero de 2013

Reporte del Blog

Bien, Bien, Bien, dije que iba a colgar máximo 1 capitulo mensual, pero aun no ha terminado Enero y ¡ya van 4!

Por otra parte me disculpo por lo corto que es el capitulo, y por la sobredosis de política del capitulo 3. La verdad fue que se me ocurrió meter lo de la política para identificar la zona donde se desarrollan la acción  en este caso "Venezuela" y también porque es algo que se vive todos los días aquí, si no me creen que levante la mano el que no hable, escuche o vea algo relacionado con la política, mínimo una vez al día.

El que no levante la mano no se a quien intentara engañar, pero por supuesto a mi no sera (me salio rima ^^,)

Bien para finalizar déjenme informarles, que el ritmo de la novela va bien y tengo varios capítulos escritos. Eso quiere decir que no tardare mas de lo normal en publicar porque estoy mas adelantado. Por ultimo el capitulo 5 y 6 también serán tan lento como este, pero el capitulo 7... ¡Jumm! tengo algo bueno reservado para ese capitulo.

Bueno señoras y señoras esto es todo. Hasta la próxima entrada.

Capitulo 4 Un Nuevo Día


Estaban muy cerca cuando por fin se decidieron a levantar la Santamaría, acto seguido entre y baje la puerta detrás de mí.
Estudie rápidamente el lugar, era una panadería, deduje  por la maraña  de trapos que había en el suelo  que de alguna manera los usaron para impedir la entrada del gas.

-¿Cuántas personas hay aquí?- pregunte a nadie en particular.
-Somos solo cinco personas hijo- respondió el más anciano de todos y el que había abierto la puerta -yo trabajo aquí, el señor de allá y el joven estaban aquí cuando todo empezó, y esta pareja que ve aquí llego unas horas después de que todo se calmo entre comillas-

-Mi nombre es Osvaldo- dijo el anciano mientras se encaminaba hacia la barra.

-¿Cuáles son sus nombres? Pregunte al chico y al hombre que se encontraban al fondo de la barra.

-Mi nombre es Freddy y este es mi sobrino Eliezer- respondió el hombre.
-Un momento- replico el sujeto que se encontraba sentado en el suelo junto a la mujer al lado de la puerta -¿Quién eres tú y porque nos estas interrogando a todos?

Medite por un segundo en dar mi verdadero nombre, pero lo pensé mejor, quizás esto me dé algo de control sobre la situación.

-Soy el Teniente Edward Steward, trabajo en la Dirección de Inteligencia Militar- respondí  -¿Y tu quien eres?-

-Soy cirujano de la clínica Vista Alegre, mi nombre es Alberto Moncada y esta es mi esposa Isabel Yánez- apunto el hombre, aunque vi la duda reflejada en su rostro por mi respuesta.

-No estoy uniformado, ya que estaba haciendo un trabajo de inteligencia. Estaba investigando rumores sobre un posible ataque terrorista- explique, hice una breve pausa -Veo que el general estaba en lo correcto- indique como quien piensa en voz alta.

Mire de reojo a Alberto y al parecer se trago mi penoso intento de mentira.-No logramos averiguar quién es el responsable de este ataque, así que por el momento, estableceremos esta panadería como un refugio temporal hasta que lleguen la ayuda- mentí de nuevo para darle algo de esperanza a todos.
-¿Así que no saben quién es el responsable de todo esto?- pregunto Osvaldo -Apuesto que fue el imperi…-

-¿Otra vez con lo mismo?- interrumpió la mujer llamada Isabel -¿Va seguir hablando de los Estados Unidos? Quién sabe si no fue el mismo gobierno el responsable de esta desgracia- señalo la mujer con las palabras salpicadas de odio.
-Un momento señores- interrumpí el intercambio de palabras -estamos seguros de  que Estados Unidos no tiene que ver nada en este asunto, y señora-  dije mirando a Isabel -¿Cree usted que si esta fuera obra del gobierno atacarían tan cerca de Miraflores? ¿Tan cerca del presidente?- espere unos segundos para ver que tenía que decir al respecto, al ver que no tenían como rebatir mi argumento proseguí -Entiendo que no tenga confianza en el gobierno, pero créame cuando le digo que esto es obra de terroristas, aunque no sepamos quien es el responsable,  y aunque nadie se haya pronunciado al respecto-

Isabel también pareció tragarse mi mentira y no replico más.

-Señor ¿usted sabe porque no funcionan los celulares?- pregunto con voz tímida Eliezer.

En realidad hasta ese momento no fui consciente de que había perdido mi celular, quizás cuando me metí en la cisterna, o cuando forcejeaba con la gente de la iglesia.

-Hasta el momento, es muy poca la información que manejamos- mentí de nuevo -no sabemos a ciencia cierta a que nos estamos enfrentando-

-Hijo, ni la televisión ni la radio tampoco funcionan- comento Osvaldo -solo hay estática en la radio y en la televisión ni una imagen y eso que ya revise en todos los canales-

-Esto no es normal, nos atacan así de repente y aparte nos dejan incomunicados, ojala que están todos estén bien en la casa- expreso Freddy con angustia.

-Quizás es parte de su plan, el dejarnos incomunicados para así retrasar la respuesta de las autoridades- dije en tono pensativo -así tardara más tiempo en llegar la ayuda-

Vi la zozobra que mi comentario causo, todos los que me rodeaban estaban preocupados por sus seres queridos, quizás en su ignorancia pensaran que esto, era algo pasajero, que al mediodía estarían en sus casas, contándole a sus parientes el mal rato que habían pasado.

De improvisó las cosas que estaban afuera comenzaron a golpear la Santamaría; rasguñaban la puerta y gemían ansiosos, sabían que había vivos adentros.

lunes, 14 de enero de 2013

Capitulo 3 Coleccionista de teorías


-¡Esto fue lo que acabo con los dinosaurios!-
-¡Que cosas dices Eliezer!- dijo Freddy -¿cómo que esto fue lo que acabo con los dinosaurios? ¿De dónde sacaste esa idea?
Eliezer guardo un silencio un momento mientras entornaba los ojos tratando de recordar.
-¡Bien! Todos dicen que hace millones de años un meteorito acabo con los dinosaurios, ¿pero esto es verdad? ¿Como tantas especies se pudieron extinguir de la noche a la mañana? Y no solo eso, a lo largo de la historia de la tierra ha habido varias épocas en que muchas especies se han extinguido y los científicos dan teorías enrevesadas, tratando de explicar este fenómeno- Eliezer hizo una pequeña pausa, tomo algo de aire y luego prosiguió.
-Meteoritos, súper erupciones volcánicas, eras glaciales y un largo etcétera, pero yo veo más lógico esta teoría, una acumulación de gases en la atmósfera que cada cierta cantidad de millones de años bajan a la tierra, y el resultado es este. Todas las especies destruyéndose  unas a otras-
Freddy nervioso miro a su sobrino sin saber que decir. La preocupación por lo que creía que era una serie de disturbios, no lo dejaban pensar con claridad, miro alrededor tratando de buscar una respuesta que tranquilizara a su sobrino.
-¿Usted que cree que está pasando? Pregunto Freddy a un señor de avanzada edad que se encontraba detrás de la barra de la panadería donde todos estaban refugiados.
-¡¡¡Esto es obra del imperio!!!- rugió Osvaldo dando un sonoro golpe en la barra -seguro es parte de un plan para invadirnos y quedarse con el petróleo, ¡si señor! Eso es-
-Que imperio señor, ¡por dios!- respondió quejumbrosamente Isabel, otra de las personas que se encontraba presente -toda esa gente allá fuera está seriamente enferma, y usted va a venir con cuentos de imperios e invasiones-.
-Mire mija, tengo sesenta años- indico de manera condescendiente Osvaldo - y si yo le digo que el burro es morado, es porque tengo la brocha en la mano, mire, no es secreto para nadie que el imperio no está de acuerdo con este gobierno y que desde hace tiempo está buscando excusas para invadirnos, que si el presidente tiene trato con la guerrilla colombiana, que si firmo un tratado para que Irán venga a extraer Uranio al país, o que vivimos en una represiva dictadura. Ya Estados Unidos no halla que historia inventarse, para venir a robarse el petróleo-
La cara de Isabel se enrojeció con las palabras de Osvaldo, era obvio para ella que no podía esperar más que una disparatada respuesta, de un simpatizante del gobierno.
-Ahora el presidente, es una víctima del imperio- expreso Isabel con cierta ironía, al tiempo que una sonrisa se dibujaba en su rostro -para que sepa, su presidente es un corrupto, que ha robado más que ningún otro presidente en la historia del país, y no conforme con eso, se la pasa regalándole petróleo a cuba, y haciendo donaciones a otros países, en vez de resolver los problemas de pobreza, desempleo e inseguridad del país, como se nota que no está bien informado de la situación actual-
-Disculpe señora, pero no estoy de acuerdo con lo que dice, yo creo que este es el mejor presidente que hemos tenido, vera, mi madre fue analfabeta toda su vida, fue hasta hace poco que aprendió a leer y escribir, gracias a la misión Robinson, y yo hace dos años me gradué de bachiller en ciencias con la misión Rivas, aparte, creo que este ha sido el gobierno que más ha invertido en el país,  y si hablamos de petróleo, hasta hace poco las transnacionales eran las que manejaban todo lo relacionado con el área petrolera, hasta que el presidente asumió el poder- explico Freddy en total desacuerdo con Isabel.
-Porque en vez de discutir de política no buscan una manera de solucionar todo este rollo, no es hora de estar hablando de petróleo y dinero- índico Eliezer.
-Hijo, ¿Qué edad tienes?- pregunto Osvaldo.
-Tengo quince, señor ¿Por qué?- expreso Eliezer
-Eres muy joven para entender esta conversación- señalo Osvaldo.
-No le hagas caso Isa- respondió Alberto -no hay peor ciego que el que no quiere ver, y lo único que harás discutiendo con ellos será gastar tiempo y saliva-
-Pero Alberto dile los que no paso en la calle, dile como está la gente allá fuera, diles como están de enfermos, aun mejor diles como esa pobre vieja, te mordió en el brazo cuando tratabas sacarla de su carro para auxiliarla, dile como estaban las...-
Las palabras de Isabel se vieron interrumpidas por una sucesión de sonoros golpes en la Santamaría de la panadería.
-¡Mierda! Son ellos- exclamo Freddy.
Los golpes se repitieron pero con más intensidad.
-Osvaldo salió de la barra en dirección a la puerta -puede que sea el patrón que volvió.-
-No abra esa puerta, puede que sean los infectados- Indico un asustado Alberto.
-Abran de una buena vez ¡maldita sea!- dijo una voz desde afuera.
-¿Lo ven? los enfermos esos no hablan que yo sepa- dijo Osvaldo haciendo énfasis en la palabra “enfermos”
Los golpes se repitieron
-¿Quién es?- pregunto Osvaldo.
-Hay un montón de esas cosas aquí afuera, ¡abran rápido!- expreso la voz.

miércoles, 9 de enero de 2013

Capitulo 2 Futuro Incierto


-¡Mierda!-Exclame en una tono de voz apenas audible, afuera se estaban cayendo a tiros, el sonido era inconfundible, Fusiles Kalashnikov, adquiridos recientemente por el ejército venezolano, los que les compraron a Rusia.

Ráfagas cortas pero ininterrumpidas se escuchaban muy cerca, mire a Javier visiblemente agitado por la nueva locura que se estaban armando afuera. Lo peor es que cada vez se ponía pero -es la jodida despedida del año, solo que en vez de fuegos artificiales, están usando armamento pesado- concluí angustiado.

  -Pirémonos de aquí antes que nos dejen pegados, salimos marcamos la milla y esperamos a que pase el peo- las palabras de Javier salieron atropelladas y con un tono de desesperación.

Inspire profundo y asegurándome de tener un tono de seguridad agregue -De aquí no nos movemos, nos quedamos aquí hasta que los que están afuera se maten, no sabemos cómo está el rollo ahí-  señale a la compuerta; luego continúe  -además si nos ven saliendo lo más seguro es que primero nos cocinen a tiros y después nos pregunten que estábamos haciendo aquí, ¡cálmala!-

No sé si fui lo suficientemente convincente, pero mi lógica pareció persuadirlo.

Temblando de frio y de miedo, escuchamos en silencio como las ráfagas de los fusiles sonaban desde diferentes ángulos, nos sobresaltamos al sentir como algo chocaba contra la cisterna, alguien se apoyó de la cisterna, pude escuchar sus jadeos y al parecer como cargaban el Kalashnikov.
Una sucesión de disparos nos ensordeció, la persona que estaba afuera disparaba el fusil en modo automático y gritaba con rabia y miedo -

¡¡¡Muéranse ya!!! ¿Por qué no se caen? ¡¡¡Coñooo!!!-  Otra vez el silencio, el cargador se había agotado.

Los jadeos aumentaron de intensidad  e iban cambiando a un llanto suplicante -¡No! ¡Dios! No, No ¡Noooo!-

Sea lo que sea a lo que el tipo le estaba disparando lo alcanzo, y lo estaba atacando a escasos centímetros de nuestro escondite, se notaba el forcejeo de la persona y poco a poco los gritos de dolor fueron reemplazados por un gorgoteo ¡Como si se estuviera enjuagando la boca con agua! ¿sangre?, los gritos gorgojeantes, fueron reemplazados por mas forcejeos como si una manada de furiosos leones, estuvieran devorando a la infortunada víctima.
Javier estaba hecho un manojo de nervios al igual que yo.  No todos los días uno podía asistir a un espectáculo tan espeluznante como el que acabamos de oír.

Tuvimos la sensatez de no hacer el menor ruido, para que las cosas que teníamos pegadas de la cisterna, no nos escucharan y decidieran cambiar el menú a carne enlatada. Se escucharon mas disparos desde lejos y pasos que se alejaban de nuestra posición.

Poco a poco el silencio se adueñaba de la plaza; las detonaciones de las armas fueron bajando de intensidad y de número, luego algunos gritos ahogados y por último nada. Solo un vacío silencio.
La incertidumbre de no saber qué coño estaba pasando, me estaba matando, no podía asimilar como tantas cosas horribles, podían pasar en tan poco tiempo; mire a Javier buscando una respuesta a esta locura y por su expresión, se notaba que sabia tanto como yo, ambos compartíamos los sentimientos de confusión y miedo.

El tiempo seguía pasando; perdí la noción, ¿habrían pasado horas o escasos minutos, desde el brutal ataque  y los disparos?

Fue entonces que me di de cuenta que todo esto era muchísimo peor de lo que podía imaginarme, ¿qué carajo estaba pasando en realidad? ¡Afuera habían despedazado a un ser humano! Ya estaba al límite de lo que mis nervios podían aguantar, y aunque Javier no emitía ningún sonido, sabía que también estaba al borde de un colapso nervioso.

Derrumbarme en este momento y ceder al pánico no iba a ayudarme en nada, tome una buena bocanada de aire y lo expulse lentamente, repetí el ejercicio unas cuantas veces más.

-Cálmate, sea lo que sea que esté pasando puedes afrontarlo- me dije mentalmente a mi mismo - solo mantén el control-

Después de inventarme unas cuantas frases mentales positivas, logre estabilizarme un poco.

El frio que sentía me estaba afectando ya de manera insoportable, aun quedaba un buen pozo de agua que nos llegaba un poco más arriba de los tobillos. Aunque no se mucho sobre hipotermia y esas cosas, sé que si no empezábamos a movernos pronto, íbamos a perder gradualmente el calor corporal.

 -Vamos- le dije a Javier,  -salgamos a ver qué es lo que pasa-.

-Yo salgo primero- añadió Javier.

-Déjame ver como están las cosas y te aviso para que salgas-

 Lo mire fijamente y vi el temor pero a la vez la determinación reflejada en sus ojos.

 -Bien, dale, mosca pues- agregue.

Javier abrió lentamente la compuerta, acto seguido salió rápidamente quizás para evitar que algo lo tomara desprevenido, oí que resbalaba y luego expulso un grito terrible, para luego sofocarlo con un vomito espantoso. Alarmado salí de golpe para ver que sucedía, un panorama horroroso me esperaba afuera.

Contemple con horror un amasijo de carne que se asemejaba a una mano con solo dos dedos, a un lado estaba la cabeza de un hombre arrancada de cuajo que contemplaba con sus ojos muertos el cielo con una expresión de dolor insufrible, seguida por un torso al que le arrancaron todos los órganos con un ferocidad grotesca toda esta carnicería reposaba sobre un inmenso charco de sangre. Mi mente no alcanzaba a procesar que tipo de animal podía propinar un daño tan feroz.

 Javier vomitaba compulsivamente al parecer había pisado una bolsa de la cual salía un especie de arroz semi-digerido, probablemente era el estomago, varias impulsivas arcadas se apoderaron de mi abdomen, sentía como la boca se me llenaba de saliva pero aguante las ganas de vomitar, levante la vista para contemplar el resto de la plaza.

Había charcos de sangre por doquier y algunos cuerpos tirados en posiciones irregulares, como si fueran los juguetes rotos de algún gigante demente.

Había visto películas donde se presentaban sangrientos masacres y decenas de personas descuartizadas de las maneras más morbosas que un ser humano pueda imaginar, pero esto dejaba en pañales a cualquier superproducción de Hollywood, por más perturbadora que fuera, no había comparación posible.

-Esto es demasiado- susurre.

 Javier jadeaba por el esfuerzo que le ocasiono el haber vomitado toda su cena. Saboree inconsciente mi paladar -Vodka-  pensé haciendo una muesca de asco.

-¿Qué clase de mierda es esta?- pregunto Javier, con el rostro cubierto de sudor.

-No se men- manifesté con expresión ausente.

Javier me miraba suplicante, tratando de encontrar respuesta a toda esta locura, me seguía hablando pero  yo en cambio contemplaba la plaza distraído, cavilando sobre las oscuras posibilidades que implicaban este desastre.

-¡Mira! despierta te estoy hablando- replico Javier al tiempo que chasqueada los dedos enfrente de mi cara, haciéndome salir del trance hipnótico en el que me encontraba.

Por fin reaccione -¿Que me decías You?-

-¡Coño! Pega’o te decía que deberíamos subir para el cerro para ver cómo está la vaina por allá-

Pensé en la respuesta que debería darle, pero por más que pensaba, más me desanimaba, ¿Qué me aseguraba a mí que toda esta porquería no había alcanzado al 23 De Enero? el barrio donde vivíamos.

¿Qué seguridad tenia de que al llegar a mi casa no iba a encontrar a mi mama y a mi hermana muertas?

No creo que tenga la fuerza suficiente para poder soportar la impresión que me causaría ver a mi familia muerta.

No tenía la certeza de saber, hasta donde había llegado todo esto, y ni idea de la magnitud de la tragedia que estaba ocurriendo, no tenía idea de cuantas partes de la ciudad se vieron afectadas por toda esta locura.
Iba a abrir la boca para responder cuando centre mi mirada en la destrozada entrada de la iglesia.

Media docenas de brazos empezaron a sobresalir de una pequeña fisura que dejo el camión cisterna, cuando impacto con el portón de madera. Tal vez nos escucharon y buscaban al alguien que los pudiera ayudar.

Es raro que no hayan dicho ni una palabra para hacernos saber desde antes que estaban atrapados pero con vida.

-¡Mira loco! Hay más gente ahí, vamos ayudarlos- exclamo Javier.

Al instante Javier se encaramo en la cisterna para echar un vistazo en el interior, mientras yo tome la mano de uno de los supervivientes para calmarlo.
-Tranquilo, señor ya los vamos a ayudar, no se preo…-

Me quede estupefacto al observar con detenimiento que otra de las manos tenía un dedo totalmente descarnados. Podía ver como el hueso del dedo índice tenia restos de sangre y carne, también note lo terriblemente fría que estaba la mano que había estrechado.

De repente la persona  a la cual la había tendido la mano empezó a jalarme con brusquedad, dos más me agarraron por el brazo y empezaron a tirar del mismo con tal violencia como si su vida dependiera de ello.

-¡Ey! Cálmenla, ya va, ¿Qué coño les pasa?- grite nervioso.

Jale con todas mis fuerzas con desesperación pero no podía liberarme, en ese momento Javier salto de donde estaba para ayudarme, los dos tiramos con fuerza y al fin pude zafarme.

Note que Javier tenía los ojos abiertos como platos, su rostro estaba terriblemente pálido. Me señalo con la mano temblorosa hacia el lugar donde se había montado, mientras balbuceaba palabras inconexas.

-Sangre, muertos, ¡mucha sangre!- alcance a entender de lo que decía  Javier, temblando como jamás lo había visto.

Decidí subirme encima de la cabina de la cisterna, para echar un vistazo dentro de la iglesia.

No podía creer toda la depravación que contemplaban mis ojos. En el interior de la iglesia se había llevado a cabo una carnicería. Donde fijara la vista, podía ver una mezcla de sangre, extremidades amputadas y entrañas humanas tiradas en el suelo de cualquier manera y en cantidades iguales.

 Pero el terror no conoce límites, ya que el punto principal de esta locura lo ponían las personas que aun se encontraban en pie. Estaban cubiertas de sangre de pies a cabeza, con horribles heridas en algunos casos mortales.
Un hombre de edad avanzada se arrastraba ya que le faltaban las piernas dejando un reguero de sangre a su paso. Una chica de unos 16 años le faltaba una mano, y unos de los globos oculares le guindaban a la altura de los labios. Otra joven; tal vez de unos 25 años, tenía la cara totalmente desfigurada, la piel había sido arrancada dejándola sin boca y sin nariz, solo una sonrisa macabra.

Creí que había visto todo, cuando me fije en un grupo que estaba en el extremo más alejado de la iglesia. Eran Nueve personas reunidas en un semi-circulo, todas estaban agachadas, trate de ver que es lo que estaban haciendo.

¡Estaban devorando las entrañas de un hombre! Habían rasgado el abdomen del pobre desgraciado y lo estaban devorando con la ferocidad que un depredador africano ataca a su presa. Me baje de la cabina de un salto para cubrir el vomito de mi amigo con el mío.

El asco y las nauseas eran insoportables. Las arcadas eran violentas, mientras un sudor frio formaba gotas en mi frente que de cuando en cuando caían, para unirse a la pasta semi-digerida que fluía de mi estomago.

Mientras violentas arcadas oprimían mi estomago, por mi mente pasaban una vorágine de pensamientos; que trataban de darle un sentido coherente a toda esta pesadilla. Personas cometiendo actos de canibalismo, rostros vacíos, muertos, sin expresión alguna y sangre por doquier.

Tanta muerte, tantos desastres inexplicables y la total ausencia de respuestas por parte de las autoridades, me llevo a concluir que esto era el final del mundo tal y cual como lo conocía. Jamás superaría esto, todo lo que había visto me perseguiría por el resto de mis días; sería un trauma que cargaría por siempre. Sentí que algo dentro de mí se quebró, mientras la rabia y la desesperación bullía en mi cabeza de forma alocada. Me lleve las manos a la cabeza, sentía como si mi cerebro se estuviera hinchando y fuera a estallar. En el punto más agudo de la desesperación que sentía, de repente todo se calmo, desapareció la presión en mi cabeza junto con toda las sensaciones que sentía.

 Me incorpore mientras limpiado los restos de mi boca, con el dorso de la mano. Estaba resignado, las cosas están torcidas de modo irremediable y no había nada que yo pudiera hacer, tenía que aceptar las cosas tal y como vinieran de ahora en adelante.

-¡Menor! No seas malpega’o, vámonos rápido para el barrio- exclamo Javier, totalmente espantado.

-¿Para el barrio?- pregunte con desdén -¿para cual barrio Javier? ¿Acaso crees que toda la peste que jodio a esta gente, no llego ya hasta donde nosotros vivimos?-

-No importa tipo- respondió Javier -No sabremos nada hasta que no lleguemos hasta la casa, así que vamos a darle rápido, mira que falta poco para que amanezca-

-Yo no voy, dale tu- dije casi susurrando las palabras.

-¿Como que no vamos menor? Pregunto Javier asombrado -¿es que no te importa ver como esta tu mama y tu hermana?-

-Yo no voy- repetí.

-¡Coño! Déjate de mariqueras menor y vámonos-

-¿¿¿Eres sordo o retrasado???- grite con rabia -Te dije que no voy y punto. No voy para mi casa, si quieres vete tú, no cuentes conmigo- No soportaría ver a mis seres queridos muertos o convertido en uno de esos bichos, sean lo que sean, pensé.

-Chamo tú estás loco, de pana- respondió Javier, se notaba que mi respuesta le había afectado. -Pero bien, no te voy a obligar a que te llegues, asume tu barranco-.

Me quede parado viendo como la única persona que consideraba un amigo se alejaba por las aun oscuras calles. Lo más probable es que esta fuera la última vez que lo vería.

Los constantes gemidos de la gente que estaba dentro de la iglesia, me sacaron de mis reflexiones, así que me dispuse a buscar algo con que defenderme, me puse en camino hacia la carpa de la guardia nacional que estaba en el otro extremo de la plaza; tal vez si corría con suerte podría conseguir algún arma.

Corrí tan rápido como me lo permitían las piernas. El frio de la madrugada era insoportable, además el hecho de estar completamente mojado no ayudaba en lo más mínimo. Al fin llegue a la carpa, entre, revolví todo el lugar, un reguero de papeles decoraban el piso, en una esquina habían varios cascos, algunos escudos antimotines, varios chalecos antibalas y un par de chalecos porta cargadores, pero ni una maldita arma.

Busque por todo el lugar, hasta que concluí que no había nada con que defenderme, lo único que cogí de utilidad fue un chaleco porta cargadores, me vendría bien seis bolsillos extras.

Salí de la carpa, pensando en cuál sería mi siguiente movimiento, cuando un ruido capto mi atención. Una serie de murmullos inentendibles provenían del otro de la calle, crucé corriendo y me acerque a una robusta puerta tipo Santamaría.

Había personas vivas ahí adentro, al parecer discutían, aunque no entendía de qué hablaban. Decidí no mezclarme con aquel grupo de extraños. Me dispuse a seguir calle arriba, pero más adelante, aproximadamente unos trescientos metros de distancia, se encontraba un nutrido grupo de esas cosas; desde mi posición podía distinguir como sus ropas estaban completamente teñidas de color rojo. Rojo sangre.

Di media vuelta para poner la mayor distancia entre esos seres y mi persona, pero calle abajo había varias figuras tambaleantes -¡mas de ellos!- maldije por lo bajo mi mala suerte, solo me quedaba una opción.

Capitulo 1 Una Noche Poco Común


La botella de Glacial iba por la mitad, el jugo de naranja estaba por acabarse y la bolsa de hielo se reducía a un pequeño charco de agua fría regado en el suelo. Serian como las 7 y pico de la noche y me encontraba como casi todos los días en Plaza Nueva tomando con mi vecino Javier, con Mauricio y su novia a quien apodábamos “Magic”, también se encontraban Pumba, Daynett, Eloym y otras panas más.

 Esta era mi rutina de casi todos los días después de  salir del trabajo de Oficial de Seguridad en el Centro Comercial  Milleniun me iba para la Plaza a tomar con mis panas, entre comillas, porque a excepción de Javier, yo no era muy sociable con ellos. No porque me cayeran mal, sino que es algo inherente en mi personalidad él no ser tan animado, el ser anormalmente reservado y poco hablador. Mientras Javier y Mau se dedicaban a jugar un “Skate” yo me dedicaba a tomar Glacial con  jugo de naranja mientras Magic, pumba, y Daynett conversaban plácidamente sobre el nuevo video de You Tube llamado la “Isla Presidencial”.

Decidí encender un cigarrillo para hacer más pasable el sabor dulzón de mi trago cuando sucedió.

Una fuerte explosión hizo estremecer el suelo. Calculando la intensidad del sonido y por el temblor, deduje que la explosión o lo que fuera que hubiera pasado se localizaba varias cuadras abajo, quizás cerca de Miraflores, todo el mundo dirigió la mirada hacia el lugar de donde procedía el sonido.

 -¡¡¡Mierda!!! ¿Qué paso? ¿Oíste marico? ¡Verga!-

 Esa eran el tupio de exclamaciones que escuchaba de los panas y de la mayoría de la gente que se encontraba en Plaza, desde los niños, pasando por los adultos que solían sacar a pasear a sus perros a esas horas. No obstante yo permanecí con el semblante tranquilo pero internamente alerta, paso un minuto y algo y se escucho otra explosión aunque esta vez menor, seguida de una serie de gritos estremecedores, gritos desgarradores, de dolor. Otra explosión ya más cercana hizo que todos nos inquietáramos, todo el grupo seguido de otros curiosos se  acerco al borde de la acera para ver qué pasaba calle abajo.

Mi boca se abrió de par en par por lo que vi. El cigarrillo que no alcance a encender resbalo de mi boca.

 Pude ver una densa nube de color gris aproximadamente de 10 metros de altura, que cubría todo el panorama 2 cuadras más abajo. Avanzaba lentamente y ¡¡¡subía en dirección a la plaza!!!

Apenas me percate de la situación una cisterna de agua de color rojo, quizás de Protección civil; emergió de la nube totalmente fuera de control, paso frente a mí a escasos 3 metros de distancia, y fue a dar contra la reja de la iglesia que se encontraba en toda la esquina de la calle de arriba, traspaso la reja, se volteo de lado y se estrello contra la entrada, no sin antes llevarse de por medio a dos ancianas que por mala suerte iba saliendo en ese preciso momento del templo.

Un temblor incontrolable se apodero de mí, mientras que mi mente se negaba a procesar todo lo que estaba pasando, una nueva y aun más cercana explosión y los interminables y angustiantes gritos me sacaron de mi estado de shock. Mi primera reacción fue agacharme, voltee para ver a mis compañeros que ni cortos ni perezosos se hallaban corriendo hacia el puesto de la guardia nacional que se encontraba en el otro extremo de la plaza, a mi lado de pie solo se encontraba Javier totalmente petrificado, fije mi atención en la nube que ya se encontraba a unos 50 metros de distancia.

Tenía que escapar lo más rápido posible de ahí, en ese preciso momento un Ford Fiesta venia en dirección a nosotros, también fuera de control. Me levante mientras agarraba a Javier por la muñeca, lo jale con fuerza y nos apartamos de un brinco de la trayectoria del vehículo,  justo antes de que casi nos atropellara, el mismo se estrello contra el  muro de concreto del Ministerio de Educación, que quedaba al lado de la iglesia. Fije de nuevo mi atención en la nube que ya se estaba a menos de 30 metros, mire a Javier, mire la nube, voltee a mirar al puesto de la guardia nacional, que ya se encontraba rodeado de personas y por ultimo mire la cisterna volteada de lado, vaciando su cristalino contenido en la calle, había tomado mi decisión.

 -Marico vámonos hacia la cisterna y escondámonos allá- le dije a Javier al tiempo que le señalaba.

 Javier me miro con cara de incredulidad y respondió -¿tú estás loco men? Vámonos para donde los guardias-

Mire de nuevo la nube y le dije -You, mira esa vaina- replique señalándole la gran neblina -eso es lo que esta de alguna manera jodiendo a la gente, no sé que es, quizás sea algún tipo de gas venenoso, pero si de algo estoy seguro es que eso no se va parar ni que los guardias le tiren granadas, vámonos para la cisterna, allá vamos a estar más seguros-

 Sin esperar a que me respondiera me fui corriendo hacia la cisterna.
 Ya la maldita nube se encontraba peligrosamente cerca cuando me introduje, me empape de agua hasta las rodillas e iba a cerrar la compuerta cuando alguien la detuvo.

 -Achántala marico- era Javier.

 Gracias a dios y me hizo caso, acto seguido cerré la compuerta, me fije que el agua también se estaba saliendo por debajo, quizás se rasgo cuando se volteo, no le di importancia a ese detalle.

-¿Hermano que es lo que está pasando? Esto no es normal, esa vaina no parecía gas lacrimógeno ni nada parecido- me pregunto Javier confundido.
La angustia reflejada en su cara era visible aun en la oscuridad en la que nos encontrábamos -yo tampoco se men. Lo único que sé es que estoy full cagado de miedo-. Fue lo único que alcance a responder.

 Nos quedamos en silencio, mientras tanto los gritos afuera se escuchaban cada vez más cercano, sin previo aviso quedaron ahogados por el sonido de un choque descomunal, seguido de otro y otro y aun otro más, afuera había ocurrido un horrible accidente de tránsito.

Las piernas casi no me podían mantener en pie , temblaban de forma violenta al igual que el resto de mi cuerpo, sin cambiar la expresión calmada de mi rostro resbalo una lagrima a la cual le siguió otra, y a esas solitarias lagrimas a continuación les siguieron muchas más hasta convertirse en un  silencioso llanto…

Había pensado en el destino que les esperaba al resto de mis familiares, a los cuales esto les tomaría de sorpresa y no les daría el tiempo suficiente para ponerse a salvo.

 Los minutos pasaban muy lentamente, me pareció que llevaba una eternidad metido en mi improvisado refugio. ¿Una hora? ¿Dos? ¿Cinco? No podría decirlo con exactitud, el tiempo parece pasar de forma distinta cuando uno espera algo, y yo en mi inocente ignorancia pensaba en que esto tendría un final; un final en el que quizás oiría un par de sirenas de ambulancias o de patrullas de policías, o tal vez los bomberos, hasta pensé que podría llegar el ejercito.

Ninguna sirena, ningún carro frenando, ningún maldito indicio de que alguien vendría a ayudarnos. Nada se escuchaba, solo un inquietante silencio.
Para intentar desviar la angustia de la incesante espera, distraje mi mente pensando en las razones por las cuales esto paso. ¿Quizás el gobierno la cago con Colombia o con Estados Unidos o quizás este fuera el comienzo de un golpe de estado? Por más locas que sonaran mis teorías, mínimo tenía que haberse oído ya los disparos, si había un enfrentamiento entre Venezuela y quien fuera que nos atacaba, tenía que por ley escuchar una ráfaga interminable de disparos entre ambos bandos. Puede que no fuera ninguna de estas posibilidades, además yo me fuera enterado si hubiera algún conflicto de esta magnitud con otro país, aunque no acostumbraba a leer el periódico o siquiera ver los noticias en la televisión, es mas casi ni veía la tele por la gran cantidad de porquería, en lo que se había convertido últimamente.

Otras teorías, ¿Nos habían invadido los extraterrestres? ¿Un fenómeno natural? - ¡si ya esta!- pensé en silencio -que natural es una nube gigante que haga a las personas gritar de dolor, y a los autos chocar- ¿La ira de dios?, -si que estoy jodido de verdad para pensar en serio todo esto- pensé en preguntarle a Javier su opinión para darle de que hablar, ya que desde que nos metimos aquí no había dicho ni “pio”.

-Men! Qué coño será lo…-  una ráfaga de disparos; probablemente en mitad de la plaza, interrumpió mi pregunta.

Introducción


Bienvenidos lectores… Les hago una pregunta: Alguna vez mientras veían una película de zombis, muertos vivientes, etc... No se han preguntado ¿Qué pasaría si esto me sucediera a mí? ¿Qué pasaría si la ciudad donde vivo, de un día a otro se viera cubierta por mareas de muertos vivientes sedientos de sangre? Imagino que unos cuantos por ahí levantaran la mano para responder. Pero yo fui más rápido, ya lo imagine y lo escribí en las líneas que vendrán a continuación.

Tratare en la medida de lo posible de apegarme a la realidad, a las reacciones que tomaran los personajes, es por eso que en mi relato no encontraran a ningún personaje tipo “Rambo” que acabara con hordas de  zombis armado con un revolver y un cuchillo de combate, no hay nada más alejado de la realidad que eso, una persona que se ponga en plan “Terminator” en esas circunstancias será el primero en pasar a engrosar la lista del ejercito de engendros devoradores de carne humana. Tampoco encontraran al principio del relato, al tipo de personajes que no muestran, piedad angustia, pena o culpabilidad, al matar a un zombi o a una persona. En la vida real, matar a alguien supone un trauma psicológico (supongo yo) el acabar con una vida, no es tan fácil como nos muestran las películas de acción, es por eso que tratare de describir a personajes con desgaste psicológico; personajes traumatizados por la muerte y por el constate asedio de los no-muertos.

 Bueno, sin más preámbulos  les diré de qué va esto; mi historia se centra en la ciudad de Caracas, en varias locaciones reales con personas; algunas reales otras ficticias, desenvolviéndose en un entorno plagado de no-muertos.

 Mi historia también tendrá mucho del léxico caraqueño, palabras que solo los habitantes de la gran Caracas le darán un sentido coherente y entendible; aunque en algunas ocasiones se me escape una que otra expresión española tal como «joder tío» entre otras.

Así que armado con un teclado, mucha paciencia y unas cuantas ideas extrañas a la par de perturbadoras comienzo este relato.
 Sin más que agregar espero que disfruten leyendo esta historia tanto como yo disfruto escribiéndola.

Todos: Esclavos de la Muerte tendrá portada

Así como lo leen, Todos: Esclavos de la Muerte tendrá portada. Un amigo mio que es diseñador gráfico (Hinmaru Ledezma) se comprometió a hacerme la portada de la novela que estoy escribiendo ¿Para cuando estará lista? eso no lo se, todo depende del tiempo que tenga Hinmaru y de las ideas que le de, pero ya es algo seguro.

Aprovecho la ocasión para informar 4 cosas:

1.- He corregido algunas faltas ortográficas que tenia Sentimientos Muertos, pero seguro que me quedara una que otra por ahí, así que si alguien nota una palabra mal escrita, o alguna palabra que se preste para confundir el contexto de alguna oración, les estaría infinitamente agradecido si me lo informan.

2.- Para la presente fecha, publicare la introducción y dos capítulos, que serian el comienzo de la novela como tal, ya que Sentimientos muertos, era solo un capitulo extendido de Todos: Esclavos de la Muerte, Sentimientos muertos esta ambientado algunos meses después de el principio.

3.- Después de publicar la introducción y los dos capítulos, publicare mínimo un capitulo mensual ¿Cual es el porque de esto? pues primero, no tengo Internet en mi pc y tengo que ir a un ciber para subir los capitulos al Blog, segundo, no escribo tan rápido como me gustaría, puede que en un día escriba dos capítulos, como puede que no escriba nada en una semana. Es algo que tengo que corregir. Aunque lo mas probable, si todo sale bien, es que publique un capitulo semanal

4.- Los capítulos que vendrán a continuación, no serán tan largos como Sentimientos Muertos, ya que este era un capitulo especial, los demás serán capitulo normales. Puede que un futuro escriba mas capítulos especiales.

Bueno, esto es todo por ahora, espero que disfruten los capítulos que vienen a continuación. por ultimo espero que nos se les olvide comentar cualquier inquietud o sugerencia.